Directores: Ethan Coen, Joel Coen
País: Estados Unidos
Traducción: El Gran Lebowski
Año: 1998
Así como en el caso de «Groundhog Day» (1993), comentada anteriormente, esta película es otro clásico moderno que no podía estar ausente en este rincón dedicado a la crítica de cine. «The Big Lebowski» incluso se ha convertido en objeto de culto, con variados productos relacionados a la película que se venden y conferencias de parte de sus protagonistas que hasta el día de hoy ocurren.
Y es que en esta película confluyen muchos elementos del buen cine: en primer lugar encontramos el guión y dirección de los hermanos Coen en su mejor forma, llenando la película con detalles que la hacen fácilmente identificables con el espectador pero sin dejar de lado la inteligencia y la dosis adecuada de buen gusto narrativo y estético. Los personajes son bien definidos y queribles, todos tienen la participación precisa en el desarrollo de la historia, y por supuesto son interpretados por actores a la altura del desafío (Jeff Bridges en el protagónico, secundado por John Goodman, Julianne Moore, Steve Buscemi, John Turturro, y el fallecido Phillip Seymour Hoffman). En este punto cabe mencionar la perspicacia de los hermanos Coen para crear una recordable escena introductoria que engancha inmediatamente al espectador y que ha pasado a ser un referente obligado para otras películas que intentan transitar por esta senda.
Seguimos la historia de «El Dude», apodo del cual no tiene sentido hacer la traducción pero que existe y es fácilmente identificable en cualquier parte del mundo: un holgazán cuyas única preocupación es sobrevivir al margen de la sociedad, sin causar ni meterse en problemas. Una filosofía de vida que parece simple pero que requiere de cierta preparación, por ejemplo vemos a lo largo de la cinta que «El Dude» practica algún tipo de meditación oriental y además lee «El Ser y la Nada», de Jean Paul Sartre. Pero el azar le tiene reservado una aventura única a nuestro protagonista que no podrá evadir: «El Dude» es confundido con un multimillonario de quien algunas personas quieren obtener dinero, y esto rápidamente terminará involucrándolo, junto a sus amigos, en situaciones hilarantes y con otros personajes igual de particulares: un productor de películas pornográficas y sus matones, un mayordomo muy al estilo Smithers en Los Simpsons, una feminista acérrima que también querrá obtener algo del «Dude», un grupo de «nihilistas» alemanes (entre los que se encuentra «Flea», de los Red Hot Chili Peppers), y por supuesto los amigos del protagonista: un violento veterano de Vietnam para quien toda clase de temas se puede relacionar con sus experiencias en la guerra, y Donnie, un carismático personaje sobre quien pesa la teoría de si es real o no, lo que queda a interpretación del espectador, como en toda buena película. También merece una mención especial Jesús Quintana, quien en sus pocas escenas le añade color y contexto a la historia.
Finalmente, esta es una de las comedias mejor logradas en el cine moderno precisamente porque tiene un sentido del humor inteligente pero a la vez accesible a todo el mundo (lo que suena redundante pues «inteligente» no debiera ser nunca sinónimo de «elitista»), la historia fluye a buen ritmo de principio a fin, la narrativa nunca decae, y los personajes son accesibles e identificables en la vida real. Por todo esto, «The Big Lebowski» es altamente recomendable.