2018 - La Casa Lobo

Directores: Cristóbal León y Joaquín Cociña
País: Chile
Año: 2018

Es difícil hablar de algún producto cinematográfico proveniente de Chile sin mencionar un poco de la historia de esta expresión artística en este país. Se puede hablar y analizar mucho, pero por ahora basta con decir que luego del largo apagón cultural vivido en el país producto de la dictadura militar lentamente comenzó a rearmarse esta industria y a lanzar cintas, las cuales debido a ser en general monotemáticas y girar en torno al histórico trauma vivido por el país, sumado a diversos problemas técnicos y a la dicción de los actores en las películas (que generalmente intenta evocar el habla popular pero que termina en audios difíciles de entender para los propios chilenos e imposibles para otros hablantes del idioma español) terminaron por aburrir a un público masivo e implantaron la idea de que «el cine chileno es malo», idea difícil de revertir y que aún prevalece en muchas personas. Sin embargo, es justo decir que desde la década del 2000 en adelante ha habido mejoras técnicas considerables en las producciones y una variedad más amplia de géneros en las historias que se cuentan, logrando de cuando en cuando, y afortunádamente cada vez más frecuentemente, producir productos de verdadera calidad que suelen ser premiados en festivales y publicaciones fuera de Chile, y luego de esto son valorados, aún parcialmente, en su propia tierra.

Así, en el año 2018 podemos encontrar películas de variedad temática y excelente factura técnica como la que da origen a este comentario: «La Casa Lobo». Básicamente es un cuento de terror realizado en stop motion, pero ¿qué la hace especial? Veamos:
Primero, la elección de la técnica stop motion y la dedicación puesta en ella para lograr el producto final, el cuál tomó varios años en ser terminado. Junto a le película se lanzó una exhibición con los sets y diversos elementos usados para hacer la película, además de un libro con imágenes de la misma, lo que me parece bastante justo como complemento a la cinta. Debido a la historia que se cuenta y el cómo se narra, es evidente los esfuerzos de los directores y su equipo por llevar el mundo de pesadilla que estaba en sus mentes a la realidad. Sólo ellos saben si están totalmente satisfechos con lo obtenido, pero como público puedo decir que se trata de stop motion de altísima calidad.

Segundo, la intención de lograr traspasar un mundo de pesadillas a la cinta está bien logrado. La película es justamente eso: un larga pesadilla de poco más de una hora de duración en la que la imaginería, cambios en los personajes y su fisonomía y la vida de la propia casa (protagonista importante) nunca cesa, haciendo de cada escena algo inquietante y al final nos deja con mucho qué procesar y analizar en nuestras propias mentes, logrando así el objetivo de conectar la motivación de los creadores de la película con la parte creativa de cada espectador.

Tercero, si bien la película es una larga narración onírica, no deja de tener raíces en la realidad pues dice estar basada en hechos reales. Además, aunque no se dice diréctamente, está evidentemente relacionada a la Colonia Dignidad, ese misterioso y escabroso reducto alemán que aún existe en Chile. De hecho la película comienza con imágenes reales filmadas por la Colonia para tratar de mostrar la vida allí y limpiar su imagen pública, lo que sin embargo termina por hacerla más tenebrosa. Es el punto de partida inicial ideal para una cinta de terror como lo es «La Casa Lobo».

Los tres puntos anteriores sirven para mostrar que se trata de una película especial, sin embargo también tiene una gran falencia: no hay balance en la historia que se quiere contar y el cómo se cuenta en favor de lo segundo. Es decir, los primeros minutos de la película sirven para situar el escenario y la forma de contar la historia como en toda película, pero luego de que nos habituamos a su narración esperamos ver un desarrollo de la histroia que nos cautive y esto no ocurre, la historia se narra de forma lenta y muy confusamente, lo que hace que a ratos perdamos el hilo y el interés por la trama mientras a la vez que los estímulos visuales no se detienen y se vuelven vertiginosos. Probablemente esto se debe a una decisión de sus creadores de cómo mostrar su película, pero como dije, el resultado se aprecia visiblemente impecable pero confuso en su narración.

«La Casa Lobo» es poco conocida en Chile a pesar de que a la fecha (Enero de 2019) aún se exhibe en cines, ha sido premiada y destacada en el extranjero y es una cinta recomendable para conocer del desarrollo del cine en Chile, lo que se aprecia saludable pero aún débil en cuanto a la forma de narrar historias.