Director: Pedro Almodovar
País: España
Año: 2011
«Y Robert se la arrebató a la muerte en el último momento»
«La Piel Que Habito» es la adaptación al cine de la novela «Mygale» (1984) del autor Thierry Jonquet. En las manos de Pedro Almodovar esta podría haber sido una gran película pues su trama tiene muchos elementos que han sido la materia prima de las obras del director por muchos años: historias que se desarrollan a lo largo de varias décadas, personajes marcados por la tragedia en sus vidas personales, venganza, sexo y mucho drama. Por todo esto, debo decir que tenía mayores expectativas antes de ver la película pero lamentablemente no fueron cumplidas.
Intentaré resumir la trama: el protagonista principal es un cirujano de prestigio dispuesto a llegar a los extremos con tal de desarrollar una piel artificial con propiedades mucho mejores que la piel normal. Su vida personal es muy trágica pues doce años antes del presente de la película perdió a su esposa quien se suicidó tras no soportar su propio aspecto luego de un accidente de autos. Más tarde su hija también se suicidaría después de una traumática experiencia sexual con un joven que intentó aprovecharse de ella. El entonces viudo y desolado cirujano entonces encuentra al agresor de su hija, lo secuestra y decide darle un destino/castigo peor que la muerte. De vuelta al presente encontramos al cirujano finalmente trinfando en la creación de piel artificial y también compartiendo hogar con una misteriosa paciente, Vera Cruz, en cuya piel ha llevado los experimentos que lo llevarían al éxito de su emprendimiento. No cuesta mucho unir los puntos para que pronto sepamos quién es realmente Vera Cruz.
Y realmente la película no se desarrolla más allá de eso. Se nota el apego de Almodovar a la trama del libro pero uno habría esperado más de su sello en el desarrollo y desenlace de la misma, pues resulta más interesante la historia pasada que lo que ocurre como cierre de la historia. Sí, tal como en otra películas de Almodovar contamos con un «interludio musical» en el que se le da pantalla a un/una cantante, en este caso a Concha Buika. También hay guiños a otras influencias de Almodovar, como cuando brevemente vemos a Vera Cruz leyendo un libro de Alice Munro, de quien Almodovar posteriormente adaptaría una de sus novelas en su película «Julieta» (2016). Y por supuesto, dada la naturaleza del guión la película es visualmente muy parecida a «Les Yeux Sans Visage» (1960), lo que no es ningún pecado pues ambas películas comparten tramas muy similares. Es más, podría decir que en este caso la hija («La Piel Que Habito») hace lo posible por parecerse a su madre («Les Yeux Sans Visage») logrando igualarla sólo en la superficie pero sin corazón y perdiendo la oportunidad de mejorar lo que faltó en su predecesora, optando por el camino de un lenguaje visual que juega más con lo chocante que con lo artístico.
Tenemos, por otra parte, el uso de escenas de sexo en la película. Nada nuevo en el cine de Almodovar pero que en esta ocasión se vuelven particularmente incómodas y personalmente creo que se habría ganado más prescindiendo de ellas. Si la intención del director era hacer una película diferente de su cine típico esa era una buena oportunidad. Por otra parte el personaje de Zeca es particularmente molesto y su aparición e inclusión en la trama parece un poco forzada para desencadenar la parte final de la historia. ¿Es esto pecado del autor del libro o del director? En ambos casos pudieron terminar la historia de mejor manera pero como aquí estoy escribiendo sobre la película culparé nuevamente a Almodovar de no haberla terminado mejor.
Otra de las dolencias de la película es el montaje, pues nos transporta en la línea de tiempo de los acontecimientos de una manera que si bien no llega a ser confusa se siente un poco forzada y los saltos de tiempo en ocasiones innecesarios. Los raccontos bien hechos son un recurso ampliamente utilizado y pueden apoyar muy bien una historia o permitirnos entender mejor a los personajes y sus motivaciones, lo que aquí sucede pero un poco distractivamente. Por otra parte se hace muy evidente la necesidad del personaje de Marilia (Marisa Paredes) quien si nos fijamos bien es la verdadera narradora y motor de la trama. «La culpa es mía, llevo la locura en mis entrañas» confiesa en algún punto de la película, y es esta locura finalmente el pegamento que une a todos los personajes.
Sobre el final y desenlace de la historia no me referiré diréctamente pues no es mi intención contar todo pero basta decir que me pareció muy básico y da la impresión de una desaparición total de Almodovar como director y más bien parece que se convirtió en esta parte en un director de montaje más preocupado de terminar la historia fiel al libro cuando esta era realmente la oportunidad de hacer suya esta historia, el momento de imprimir su propio sello pero en vez de eso sólo nos volvemos acordar de él cuando aparece su nombre en los créditos finales.
Con todo lo dicho parece «La Piel Que Habito» me pareció una muy mala película, sin embargo no lo es y he sido crítico negativo esta vez pues me extrañó ver un producto final con las características qu mencioné anteriormente. No es una película bajo el promedio pero sí probablemente una de las más débiles dentro del catálogo de Almodovar.